Contar con un contrato laboral no es solo un requisito legal, es una herramienta clave para establecer una relación de trabajo clara, justa y ordenada. Ya seas empleador o empleado, entender cómo funcionan los contratos laborales en México puede ayudarte a evitar malentendidos y a proteger tus derechos.
¿Qué es un contrato laboral y por qué es importante?
Un contrato laboral es un acuerdo legal entre el empleador y el trabajador en el que se establecen las condiciones bajo las cuales se prestará el servicio: jornada, salario, funciones, duración, beneficios y más.
Tener un contrato es importante porque:
- Protege los derechos tanto del trabajador como del patrón.
- Establece obligaciones claras para ambas partes.
- Ayuda a prevenir conflictos laborales.
- Es una prueba legal en caso de disputas o inspecciones.
Aunque la relación laboral puede existir sin un contrato escrito (basta con que haya subordinación y pago), tenerlo por escrito es lo recomendable y lo legalmente correcto.
Tipos de contratos laborales en México
La Ley Federal del Trabajo contempla varios tipos de contratos laborales, según el tiempo y la naturaleza del trabajo. Los más comunes son:
- Por tiempo indeterminado: Es el más habitual. No tiene una fecha de término y representa una relación laboral continua.
- Por tiempo determinado: Se usa cuando hay una causa justificada para limitar el tiempo de trabajo, como un proyecto específico o cubrir una incapacidad.
- Por obra o proyecto determinado: Aplica cuando el trabajo está ligado a una tarea específica que terminará en cuanto se concluya la obra.
- De temporada: Para labores que solo se realizan en ciertos periodos del año (como cosechas o temporada alta en ciertos giros).
- De prueba o capacitación inicial:
Se usa para evaluar si la persona es apta para el puesto (períodos que pueden ir de 30 hasta 180 días, dependiendo del cargo).
Elementos básicos que debe contener un contrato laboral
Aunque existen diferentes tipos de contrato, todos deben incluir ciertos datos mínimos:
- Datos generales del patrón y del trabajador (nombre, domicilio, RFC, CURP, etc.)
- Puesto o funciones específicas que desempeñará el trabajador.
- Duración del contrato (si es por tiempo determinado, indeterminado o por obra).
- Jornada laboral (horario de trabajo).
- Salario, forma de pago y frecuencia (semanal, quincenal, etc.).
- Lugar de trabajo.
- Días de descanso, vacaciones y prestaciones.
- Fecha de inicio de la relación laboral.
- Firma de ambas partes.
Además, puede incluir cláusulas adicionales, como confidencialidad, no competencia, y políticas internas según el giro de la empresa.
¿Qué pasa si no hay contrato escrito?
Cuando no existe un contrato por escrito, la relación laboral sigue existiendo si hay subordinación y pago, pero esto puede generar varios problemas:
- El trabajador puede demandar prestaciones completas, incluso si se acordaron condiciones distintas de manera verbal.
- El patrón pierde la oportunidad de establecer reglas claras sobre funciones, horarios o causas de terminación.
- En caso de conflicto, la ley siempre favorecerá al trabajador, dando por ciertos los hechos que éste declare, salvo que el patrón demuestre lo contrario.
- La empresa podría recibir multas por parte de la Secretaría del Trabajo, al incumplir la obligación de formalizar por escrito la relación laboral.
En resumen: no tener contrato por escrito es un riesgo legal innecesario.
Conclusión
El contrato laboral es una pieza clave en cualquier relación de trabajo. Más allá de cumplir con la ley, ayuda a construir relaciones laborales sanas, basadas en la transparencia y el respeto mutuo. En Talent Search, recomendamos siempre contar con contratos bien estructurados y actualizados, sin importar el tamaño de la empresa o el tipo de puesto.
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